Lejos de sentirse avergonzado, decidió incorporar su apodo a las camisetas de sus equipos y estos se lo permitieron. El equipo anfitrión portaba las camisetas numeradas del 1 al 11 y el visitante, en este caso el de Chapman, llevaba la numeración del 12 al 22. Fue una norma que costó introducir, pero que poco a poco fue cogiendo fuerza, hasta que en la temporada 1939-40 la Federación Inglesa de Fútbol (FA) unificó criterios y de forma oficial mandó numerar todos los dorsales de las camisetas de todos los equipos que disputaban su campeonato.