Un collar medianamente bueno te puede costar 2.000 pesos. Las más irregulares de agua dulce empiezan por 150 pesos filipinos el par. Esta delicada fibra se usa fundamentalmente para confeccionar el barong (hombre) y baro’t saya o terno (mujer), los trajes nacionales de Filipinas que se usan en ocasiones especiales como bodas. Para esto es mejor Greenhills, que no es un mercadillo como tal, pero sí un centro comercial lleno de puestecitos.